Vistas de página en total

martes, 2 de julio de 2013

Una niebla en la memoria

Un día te da por echar la vista atrás y ver todo lo que dejaste ir, todo lo que no cogiste, todo lo que antes era divertido y único y ahora no es más que humo.
Y al mirar atrás ves esa sonrisa que te sacó cierta persona, ese beso que no diste, ese momento irrepetible que no supiste apreciar. Ves cómo antes eras muy feliz, mientras que ahora simplemente eres. Observas las oportunidades perdidas, los caminos recorridos y las lágrimas que secaron otras manos. Aprecias lo que fue y lo que tuviste, aprecias lo que no apreciaste y  añoras lo que tuviste.
Y en ese momento te sobreviene la más grande de las melancolías, la más grande de las añoranzas y te abraza una inmesa impotencia. Se te viene a la mente esa famosa frase: "Todo tiempo pasado fue mejor".
Esos caminos recorridos, esas sonrisas congeladas, esos momentos irrepetibles, esas personas únicas... nada será como antes, nada volverá, todo está perdido entre las sombras de un pasado que considero incierto. Todo está perdido, todo pasado, todo abandonado al vago recuerdo que nuestra mente se niega a borrar luchando contra el tiempo y el olvido.
Vuelves la vista atrás y sientes la impotencia de lo irrepetible, el dolor del pasado y la melancolía del recuerdo.
Y te preguntas qué te queda de todo aquello pero la realidad es que solo queda una niebla, más o menos densa, pero inalcanzable. Una niebla de la memoria de un ser que dejó de vivir por soñar y ahora solo le quedan recuerdos sin sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario