Vistas de página en total

domingo, 14 de diciembre de 2014

La luna caza pescadores

La luna inyecta sus rayos en el mar y estos emergen en forma de fantasmas para abordar a los humildes pescadores. Ellos, incautos discípulos de sus propias almas, se creen Ulises atrapados entre sirenas.
Como cigüeñas cayendo hacia el cielo sobre su presa, los espectros de la plata se abalanzan contra sus ciegos testigos que, a su vez, alzan los brazos al mar, como una madre hacia su bebé recién nacido.
Los remos y timones se escarchan mientras los mástiles se comban bajo las faldas de los barcos y los pescadores se dilatan sobre el corsé de cubierta. Espectros y fantasmas se enzarzan en un abrazo de tempestuoso resultado, quedando la  mayoría de los pescadores, pescados. En las redes de sus propios temores se retuercen buscando a tientas una bocanada de cordura que parece no llegar.
De repente, el mar comienza a quebrarse a causa de los turbios tacones de la luna, que rayan su superficie. Todo se empieza a embriagar de inestabilidad y comienza a girar, una y otra vez, arrastrando a los barcos consigo. La sal oxida los goznes de las gigantescas olas que mojan las medias de popa, mientras que, en proa, los pescadores abrazan, ahogados, su respiro. Y se lanzan al mar.

viernes, 24 de octubre de 2014

El sueño de la razón produce monstruos

Voy yo solo. Es tarde. Camino por la avenida. Está totalmente desierta. No hay nadie salvo yo. No se oyen ni coches, ni grillos, ni voces... Ni siquiera el viento. Las sombras danzan junto a mi como queriendo decirme algo. O advertirme de algo...
De pronto noto que alguien va tras de mi. ¿Quién puede ser a estas horas? Me giro y no veo a nadie... Solo sombras. Y más sombras. Que raro... Juraría que... Bah. Da igual.
Sigo caminando intentando no pensar en nada. Pero el silencio profundo me irrita. Y me pone nervioso. Muy nervioso.
Aprieto un poco el paso a pesar de notar unos ojos clavados en mi nuca. Lo noto tan nítidamente detrás mía... Me paro en seco y echo un vistazo a la vacía avenida que voy dejando tras de mí. Nada. Solo sombras... O eso parece.
Estoy un poco nervioso a la vez que irritado. Quién narices será el que va detrás mia. No lo sé. Pero no me inspira confianza.
Me meto en la primera callejuela que veo. No me importa dar un rodeo con tal de alejarme de la avenida. Giro la esquina y me reciben más sombras. Esto no me gusta nada.
Acelero más el paso para alejarme de allí. Espera. Creo... Creo que he oído pasos. Pero justo ahora el viento comienza a soplar y rompe ese silencioso ruido de pisadas que he notado a mi espalda. Que oportuno el viento... Tiene que empezar a soplar justo ahora. Ni que lo hubiera hecho a propósito.
Vuelvo a darme la vuelta. Nada. Otra vez. Ya no hay ni sombras. Está toda esa parte de la calle en tinieblas. La farola está rota. Empiezo a escuchar fuertemente los acelerados latidos de mi corazón. Giro a la derecha. Y luego a la izquierda, intentando huir de allí. Lo que sea que me siga, continúa tras de mi. No me gusta nada todo esto.
Me da igual todo y echo a correr. Quiero llegar pronto a casa. Debo perder a mi perseguidor. No creo que tenga buenas intenciones.
Continúo corriendo. Mi corazón cada vez late más deprisa. Noto la adrenalina en la cabeza. Y esos ojos en mi nuca. Ya estás casi en casa... Un poco más...
Las sombras van quedándose atrás, dando protección a mi perseguidor. Continúo corriendo, cada vez más angustiado. Un poco más... Un poco más...

De golpe me desperté empapado en sudor y con dolor de garganta. Pero no conocía dónde estaba... Estaba todo a oscuras y en silencio. Ni voces. Ni grillos. Ni viento. Nada. De repente recordé la avenida. Las sombras. Mi perseguidor... Todo.
Miré a todos lados y en una pared acerté a leer: "¿Es todo esto real? ¿O solo un sueño? Recuerda: el sueño de la razón produce monstruos".
Y jamás he vuelto a salir de esa habitación en mi vida. Sed todos vosotros bienvenidos.

jueves, 25 de septiembre de 2014

La "locura" de la oruga.

- ¿Podría decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? -preguntó Alicia con miedo infantil.
- Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar.-respondió la oruga.
- No me importa mucho el sitio.
- Entonces, tampoco importa mucho el camino, ¿no crees?
- ¡Pero yo necesito salir de aquí!
- Ajá -la oruga dibujó una letra a con el humo de la pipa- ¿de verdad necesitas salir? ¿O lo que necesitas es entrar?
- ¡Ay! -se quejó Alicia abatida- Ya no se si debo entrar o salir... Pero quiero irme...
- En ese caso deberías coger el camino para irte.
- ¿Y ese camino cuál es, señor oruga?
- No lo sé. Yo llevo aquí desde siempre.
- Pero... Siempre es mucho tiempo...
- Eso porque lo dices tú -expulsó varias volutas de humo en forma de u- ¿verdad, niña?
- Ah, ya. Claro -dijo Alicia ciertamente molesta- ¿Cuánto es para siempre, según usted?
- A veces, solo un segundo, niña.
- ¡Bah! Eso es una locura.
- ¿De verdad es de locos pensar así? -hizo la letra i tras dar una calada- ¿O lo que de verdad es de locos es hablar con una oruga que fuma en pipa?
- ¿Insinúa que estoy loca?
- No por favor, niña -otra vez la letra a- Yo lo afirmo -letra o.
- ¿Cómo? -dijo Alicia molesta.
- Sí, niña. Estás loca, majareta. Pero te diré un secreto: las mejores personas lo están.
- Señor oruga. Me está poniendo muy nerviosa.
- Te estás poniendo nerviosa tú sola. -dibujó la letra a una vez más- Yo solo te estoy diciendo algunas cosas...
- ¡Me gustaría a mi decirle algunas cosas a usted! -le cortó Alicia.
- Dilas. Y cuando acabes de hablar, por favor, cállate.

Alicia en el País de las Maravillas. (Diálogo creado por mí)

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Cuando el tiempo ya no llega

Cuando ella partió , le dijo que la esperase antes de salir por la puerta del jardín. Y él lo hizo. Esperó sin desesperar. Paciente.
Vio pasar las horas, los días y los meses. Empezó a confundir luna y sol. Agua y cielo. Arena y sal. Empezó a mezclar noches de una sola hora con días que duraban tan solo una tarde. Y perdió la noción de eso que antes llamaba tiempo.
Se convirtió en una planta más del ahora descuidado jardín. Una planta mustia y seca cuya única misión era estar allí. Esperando.
Las arrugas y las canas surgieron y ella no volvía. Surgió la demencia y el desvarío. Cantaba sin ganas como si de un réquiem se tratase. Simplemente se limitaba a cantar y esperar.
El inevitable traje de pino llegó antes que ella. Él dejó de ser una parte más de un olvidado jardín y se convirtió en polvo. Pero su espera, a diferencia de todo lo demás, jamás desapareció.

"Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido". Joaquín Sabina.

jueves, 7 de agosto de 2014

Una lágrima en la arena

El gris dominaba el mar, el cielo y su corazón. El ruido monótono de las olas murmuraba secretos de barcos hundidos y las rocas observaban, como custodios de la magia del lugar. Al fondo las nubes se precipitaban hacia el agua, como los recuerdos lo hacían hacia su oxidado corazón.
No había cambiado nada la playa desde que fue por primera vez. Las mismas lenguas de arena, el mismo ruido embotado en sus oídos e incluso se diría que las mismas personas. La temperatura era lo único agradable de ese momento.
Un pedazo de mar surgió de sus ojos y murió en su mejilla. Cogió aire y se le encogió el corazón. Recordó su mirada y su luz propia. Su sonrisa capaz de curar cualquier herida y su voz capaz de calmar su alma. Miró instintivamente a la derecha pero se topó con un muro de vacío. Ya no estaba. Se había ido. Y ya era hora de irse también.
Recogió sus cosas mientras los pedazos de mar de sus ojos se ahogaban en la arena. Comenzó a llover y él lo agradeció. No era el único, las nubes también lloraban su ausencia.

sábado, 19 de julio de 2014

Nada de nada.

Él la buscaba entre las caras de la gente. Entre la anciana y el de la melena rockera. Tras las esquinas, en los bares, en los coches que pasaban ante sus ojos hechos de recuerdos. En el bus y en el metro, aunque no hubiese ni un alma vagabunda y solitaria que hiciese compañía a su propia soledad. En su cama en plena noche y al despertar. Pero nada.
Su mente giraba como una peonza en bucle, pasando por la misma imagen una y otra vez, por la misma idea o el mismo recuerdo. ¿Para qué? Todo para volver a empezar a girar de nuevo.
Sus ojos no servían ya para ver, sino para mirar en ellos. Para observar el vacío que dejó alguien, para mostrar al descubierto un alma deshollada por la nostalgia y el anhelo. Para mostrar como su luz jamás volvería a activarse como lo hacía antes cuando la veía. Realmente en sus ojos se podía ver la nada más absoluta.
Se dejó morir. No se suicidó, no tenía fuerzas ni para ello. Abandonó su cuerpo lentamente pues su alma estaba vacía desde hacía tiempo. Se apagó como se apagan las brasas de una hoguera tras varias horas. Se consumió como se consume el hielo al sol.
Y así vivió muriendo, como las olas que se deslizan hasta resbalar rendidas en la arena, como si de un "nada" lleno de "nada" caminante hacia la nada se tratase.

jueves, 10 de julio de 2014

¿Recuerdas cuando éramos niños?

¿Recuerdas cuando éramos niños? Aquellos “buenos días” de tu superheroína favorita: tu madre. Aquel desayuno en el que tenías ganas de empezar un nuevo día en el colegio a pesar de que el sueño no te dejase ver las galletas príncipe que mojabas en tu cola cao. Y aquel viaje al mundo mágico que era el colegio…
Una vez en la puerta sonaba el timbre, la hora de entrar… Dabas un beso a tu madre y te ibas corriendo con tu mejor amigo a jugar hasta que te echaban la bronca por no estar en la fila. Ya en clase te sentabas donde siempre, rodeado de amigos, todos en clase eran amigos tuyos. Y aprendías cosas nuevas y guays que contarías a tus padres por la tarde en casa.
El recreo era como entrar en el guardarropa de Narnia o cruzar un puente hacia Terabithia. Eras lo que quisieras ser, desde Pikachu hasta policía o astronauta, pasando por Casillas, Goku o el hijo pequeño jugando a “papás y mamás”. Y reías y gritabas. Y tu única preocupación era que ese rato no terminase nunca. Cromos, chapas, fútbol, muñecas, combas, “pilla pillas”… pero sobretodo el patio del colegio desbordaba algo, algo brillante y mágico, algo que se podría ver desde el infinito y más allá: imaginación.
Todo termina y tú tenías que subir a clase. Y sentarte donde antes. Rodeado de amigos. Y la profe os mandaba callar. Y luego empezaba la clase; inglés, medio, mates… Y un rato después, no sabías muy bien cuánto tiempo después, acababa la clase. Y a comer. Y otro recreo. La siesta no significaba otra cosa que algo aburrido que hacían tus padres los fines de semana. Y jugabas. O cambiabas cromos. O perseguías una pelota de Toy Story o de Winnie The Poo. Pero no parabas.
Y así claro, llegabas agotado a casa. Merendar y hacer dos cuentas y un problema de mates, repasar cono… y a ver la tele o al parque, dependía del día. A pesar de estar agotado en el parque corrías para no llegar el último y ser un huevo podrido. “Primero, pistolero. Segundo, campeón…” ¿Que tocaba subirse al árbol? Lo hacías. A veces te hacías pupa… Pero, como no, tu superheroína estaba ahí para echarte esa cosa mágica que llamaba “mercromoninina” y hacerte el “cura sana, culito de rana”.
Llegado el momento oías tu nombre acompañado de berridos ininteligibles y sabias que tenías que subir a casa. Bañarte. Cenar. Un cuento y a dormir. A esperar otro día mágico que no sabías si te traería la poción de Asterix o la bola de dragón. Y así era tu vida. Y te gustaba. Aunque no lo sabías tan bien como ahora, te gustaba.

Ahora la añoras. Dicen que “la nostalgia es negación del doloroso presente”. Yo prefiero citar a aquel gigante literario que dijo eso de: “todo tiempo pasado, fue mejor”. Y recomendarte algo: no dejes de sacar a tu “yo” infantil, no dejes de reír y de soñar. Si un día pudiste viajar a Terabithia siendo Oliver o Benji ¿Por qué ahora no?

Quiero dedicar esta entrada a J.M., no creo que haga falta decir nada más.

viernes, 20 de junio de 2014

Primer Premio de Poesía "Prometeo 2014". Lo que me hizo ganar.

Muchos ya lo sabéis. Otros tantos no. Me han concedido el Primer Premio de Poesía del Concurso Nacional que organiza cada año la ONCE, llamado "Prometeo". He aquí las poesías que me han hecho ganar dicho premio. Espero que las podáis disfrutar tanto como yo al escribirlas, al fin y al cabo un escritor no es nada sin lectores y yo no soy una excepción. Gracias.

LA SOGA DEL MUERTO
Alguien te falla,
alguien te ahoga,
alguien te mata;
es una soga.

La soga del muerto;
la del enamoramiento,
la de amistad perdida,
la de sonrisa vacía.

Ese esqueleto,
baila deprisa,
te quedas muy quieto,
adiós sonrisa.

El mar es ancho,
oscura la luna;
anchos mis llantos,
mi vida, basura.

Todo es visceral,
la ayuda temporal,
mas no es parcial
el sufrimiento mortal.

La alegría es mentira,
es mera falsedad,
de qué sirve la vida,
para alguien mortal.

Para alguien mortal,
de rostro macilento,
¿qué es felicidad?;
la soga del muerto.


¿Y TÚ ME LO PREGUNTAS?
“¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.” Gustavo Adolfo Becquer

¿Qué es alegría?, dices mientras clavas
en mí un beso consentido.
¿Qué es alegría? ¿Y tú me lo preguntas?
alegría es estar contigo.

¿Qué es felicidad?, dices sin dejar
mis manos en libertad.
¿Qué es felicidad? ¿Y tú me lo preguntas?
felicidad es no soltarte nunca.

¿Qué es pasión?, preguntas abrazada
a mi cuerpo mortal.
¿Qué es pasión? ¿Y tú me lo preguntas?
pasión es poderte llegar a amar.

¿Y qué es amor?, preguntas mientras
tu boca sin descanso acoso.
¿Qué es amor? ¿Y tú me lo preguntas?
amor es lo que sentimos el uno por el otro.


ESPERANDO AL AMOR
Cuando tú me miras, se para el tiempo;
si tú hablas, se calla el viento;
tú haces que merezca la pena vivir,
simplemente con sonreír.

Cada cosa que dices es importante,
cada palabra de tus labios es bella,
porque de lo que me das nunca tendré bastante,
en mi vida dejarás huella.

Quiero rozarte largamente,
quiero un beso de los de verdad;
quiero desnudarte lentamente,
pasemos en mi cama una eternidad.

No vi en mi vida ojos más bellos,
ni una sonrisa más perfecta,
son como dos grandes luceros,
y mil diamantes que duermen la siesta.

Quiero rozar tus manos,
decirte que te quiero,
perdón, puntualizo,
decirte que te amo.

En ese mundo que creas,
por tan solo existir,
ahí es donde, de veras,
a mí me gustaría vivir.

Ahora no me inspiro en nadie,
porque alguien me daño en balde,
pero yo me digo a mi mismo
una sincera frase:

"Es cierto que el que espera, desespera,
pero tengo una vida entera
para aguardar a quien me quiera."


SOLO QUEDA SUBIR
Yo así no lo creía,
ahora sé con certeza
que la verdad no veía
casi por presteza.

Me has hecho sufrir
me has hecho dejar de reír
pero conseguiré sobrevivir
aunque sea sin ti.

De repente, venir no lo ves
la vida te da un gran revés
a pesar de que
no es la primera vez.

Alguien se bajó del tren
se soltó el arnés
ahora bien
ya se a quién creer.

Me sentía muy solo
abandonado por todos
no sé por qué ni cómo
pero de pensar ese era mi modo.

Alguien me dijo
te equivocas, de verdad,
no estás solo
tienes nuestra amistad.

Y eso me ayuda a seguir
he vuelto a sonreír,
pasaron los oscuros días
ha vuelto esa risa mía.

Sé que tengo amigos
que están jodidos
pero les sacare del hoyo
como han hecho conmigo.

Arriba ese animo
que tenemos prisa
no es ningún milagro
sacar esa sonrisa.

Tenemos prisa
la vida son dos días
uno para ser feliz

el otro para sonreír.

sábado, 14 de junio de 2014

El espía entre los juncos

Apartó los juncos y la vió. Quedó perplejo ante aquella belleza sobrenatural. La luna y el agua del río se derramaban sobre su cuerpo desnudo. Su rostro miraba hacia el infinito desde la inmensa profundidad de sus ojos, como compitiendo en amplitud. Era... era... imposible de describir con palabras, pero... aunque se quede corto, diremos que era la más bella, que no tenía igual ni entre dioses ni entre mortales.
Se quedó paralizado, estático. Ojalá el tiempo hubiera hecho lo mismo durante un para siempre.
Pero ella se sumergió en las aguas que se apartaban a su paso como si no mereciesen rozarla. Y la perdió de vista. Su corazón se encogió y quiso llorar, o correr, o nadar, lo que fuera necesario para volverla a ver, pero volverla a ver.
Emergió elegante como un volcán entre glaciares o una rosa negra entre las blancas. Y su corazón volvió a latir. Su corazón se movía al ritmo que marcaban ella y su existencia, jamás más deprisa, jamás más despacio, pero siempre en compañía.

miércoles, 4 de junio de 2014

La vida está para apostar

"¡No te aguanto! Eres insoportable. Estoy mejor sin tí, me voy. Hasta nunca". Las palabras de ella resonaban en su cabeza una y otra vez, como un engranaje perfectamente encajado que debe hacer saltar un resorte cada cierto tiempo. Su tono de voz y sus ojos rezumando odio, su mueca de asco y su gesto obsceno antes de cerrar de un portazo volvían una y otra vez. Pero ya no le dolía.
Él era así, tal como era y no se arrepentía de serlo. No se arrepentía de haberla llevado el desayuno a la cama, ni de haberse quedado despierto hasta que su respiración se calmaba al caer en un profundo sueño. No cambiaría por nada esos intentos de componerla canciones bonitas o aquellos momentos en los que la piropeaba porque le apetecía, porque sí. No devolvería ni uno solo de los besos o caricias que le había robado, no devolvería esos tesoros que guardó con tanto cuidado en su mesita de noche ni esos bailes bajo las estrellas.
Pero ya no le quemaban. Ya no. ¿Y qué si era un romántico? ¿Y qué si era diferente? ¿Y qué? Ya encontraría a otra chica que le aguantase y le quisiese sin necesidad de cambiar nada de él. Ya llegaría la chica adecuada. Tenía mucho tiempo por delante y ninguna prisa por recorrer el camino.
¿Y tú, por qué tienes tanta prisa? Apuesta, juega, vive. Y si hace falta, no pases página, empieza un libro nuevo. Juégatela. Y sé feliz.

Dedico esta publicación a M.E.M. que siempre me ha pedido más positividad.

viernes, 30 de mayo de 2014

París

Oh, París... sueño de insomnios y lluvia de luces brillantes. Ciudad de cine, de libro y de música, ciudad de libres, ciudad de genios y de manchas borrosas entre multitudes.
París, noche en vela y sueño velado; día abierto entre nubes dulces como rayos de sol, reflejos en el agua del Sena. Fuente de vientos dorados, sueño de luna y de estrellas; viaje al recuerdo y a la nostalgia, al caudaloso mar antiguo y al escaso árbol de memorias de personas olvidadas.
Jamás despertó en alguien una ciudad tal deseo, jamás una ciudad fue tan grandiosa, jamás una ciudad fue mayor inspiración que el propio Amor, o más bella que la compañera inseparable de este, Psíque,
París, esa ciudad que alberga mis sueños, sueños que la sueñan sin descanso. París, esa ciudad que inspira sin ser conocida como si de la mujer perfecta se tratase. París, ese deseo imperturbable de mi alma.
París... sumérgete en mi descanso y ayúdame a soñar.

sábado, 17 de mayo de 2014

Burlas de la naturaleza

Gritaba y el eco se burlaba de él. Se esforzaba en gritar más pero sólo obtenía una mofa difusa. Sus esfuerzos eran en vano.
Intentaba oír los pájaros, pero a su paso los pájaros callaban. Agudizaba el oído al máximo pero no era capaz de escucharlos.
Buscaba piedras y estas se hacían ramas. Buscaba ramas pero se convertían en desechos. De hecho, si alguna vez buscase un desecho, probablemente encontraría sólo piedras.
Todo le rehuía, todo se ocultaba de él, incluso los días de luna llena pasaban a tener luna nueva.

jueves, 8 de mayo de 2014

Otoño en letras borradas

Era un otoño como los demás, era marrón, amarillo y rojizo, era vientos de seda y lluvia infantil.
Un chico ni muy alto ni canijo; ni gordo ni esquelético; ni atractivo ni feo, caminaba ensimismado por un parque. Era un chico como los demás. Iba por un parque con mantas crujientes como todos en esa época del año. Era un otoño con una pizca de sal, como todos los otoños.
El chico caminaba con las manos en los bolsillos del pantalón, con la cabeza baja y la mente viajera. Sin esperarlo oyó una voz femenina diciendo su nombre.
Miró a todos lados y la vió. Ella era guapa, no se podía describir su belleza, sólo podemos definirla como que era muy guapa. Él sonrió y caminó hacia ella, contento. Ella le devolvió la sonrisa y soltó un chascarrillo a modo de saludo.
Estaba enamorado de ella, pero ella no sabía nada de sus sentimientos, o al menos eso parecía. Caminaron toda la tarde cazando recuerdos y alientos hasta que el crepúsculo les arropó conjuntamente. Pasearon de noche a la vela de la luna, contando formas celestes y dorando historias.
Llegó el momento de la despedida y ambos se dijeron adiós con la mano mientras se alejaban, echándose de menos antes de nublarse en la penumbra, enamorados.
Pero ninguno, jamás, dió el paso pues las señales de cupido eran emitidas pero no recibidas. El amor se corrió como las letras de una carta cuando ella leyó: "estoy enamorado de ti y no lo sabes, sé que tu de mi no por lo que evitaré el mal trago de decirtelo. Me voy para olvidarte." Ella se lamentó el resto de sus días la falta de mensajes pero ya era tarde, él se marchó para olvidar las letras borrosas que ella no olvidará jamás.

miércoles, 23 de abril de 2014

Carta de amor póstumo

Querida Carla:

Hola Carla, si lees esto, ambos sabemos por qué es.
Te escribo porque quería agradecerte todos los momentos que pasamos juntos, todas esas puestas de sol que vimos desde la ventana de nuestra habitación, todas esas mañanas que fuí feliz sólo por girarme y verte sonriente, durmiendo placida en un sueño de esos con sabor a algodón de azúcar y turrón como dices tú. Gracias por hacerme sentir que juntos podíamos con todo, que nos protegeríamos y amaríamos incluso cuando no fuesemos más que polvo enamorado y enredado con polvo. Gracias por cada estremecimiento al oirte susurrar, o gritar a veces, mi nombre, por cada carcajada tuya que se derramaba por los entresijos de mi alma, mi cuerpo y mi ser. Gracias por cada caricia, cada abrazo, cada beso, cada dedo recorriendo mi espalda, cada sonrisa cómplice, cada mirada, cada roce; cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo a tu lado. Gracias por ser como eres y amarme como me amas. De verdad gracias.
Y también quiero pedirte perdón. Perdón por cada lágrima derramada o cada sonrisa truncada, perdón por los momentos que ya no ocurrirán, perdón por no abrazarte en este momento, perdón por el dolor, el miedo y el temor. Perdón.
Perdóname, no olvides que siempre te quise y siempre te querré y que jamás dejaré de amarte tanto o más que el primer día. No olvides que allá dónde esté velaré por ti, dia y noche. No olvides que te echaré de menos, no lo olvides.
Ahora debo irme, marcharme para no volver, pero no me voy a otra ciudad o a otro país, me voy arriba con las estrellas y las nubes para jamás separarme de tu lado. La muerte es sólo un paso, no un final. Recuerda, "solo mira a tu lado, yo estaré siempre".

Te quiere, te quiso y te querrá,
tu ladrón favorito, yo.

Se lo dedico a todas las "Carlas" que compartan el nombre, o no, a todas y todos los valientes que sufrieron un adiós, no necesariamente como este, y no les quedó mas que seguir adelante. Porque siempre está bien recordar a esa persona especial. Sed felices.

sábado, 8 de marzo de 2014

Empty Chairs At Empty Tables

Poesía inspirada en Les Misérables, en canción de Marius tras las barricadas:

Sillas mudas en mesas vacias,
por las ventanas la luz amarilla.
Una sombra por el suelo se desliza,
hacia la mancha de la apatía.
Sus nombres en paredes desnudas,
que hablan con palabras absurdas.
¿Dónde quedó el murmullo,
y las canciones perdidas?
¿Dónde está ese amigo tuyo
y su memoria vacía?
Miro a todos lados y les veo,
me devuelven la sonrisa,
son espejos de recuerdos,
de alegría perdida.

jueves, 27 de febrero de 2014

Misantropía

Hambre de mentiras en personas muertas
sed de visiones en personas tuertas.
¡Levantad edificios! ¡Derrumbad vuestras vidas!
la masa se traga sus conciencias hoy dia.
Lucifer llora deprimido sin trabajo,
el hombre es realmente malvado.
El mal de hoy en dia se encarna en el hombre
¡venid! demos al mal su verdadero nombre.
El animal supera a cualquier hombre
este tan solo supera provocando dolores
La tierra ve esto y se rompe por dentro
¡¡¡venid amigos que yo no miento!!!
El fuego devora aguas de lagunas
las vidrieras ahora lloran a la lluvia.
Los adultos lloran, los crios asesinan
las madres se asustan, los niños las dominan.
El sol se fue de esta vida
la humanidad es solo neblina.
La luna la noche deja a oscuras,
las promesas ya no perduran.
¿Dónde quedó el honor?
¿Qué fue del verdadero amor?
¿Dónde quedó la felicidad?
¿Qué ha sido de la amistad?
Está ya podrida la humanidad,
¡¡sabéis que digo la verdad!!
El hombre nace bueno,
le hace malo el daño ajeno.
La sociedad en teoria es buena,
es el hombre quien la hace una mierda.
¡¡Venid humanos!! Escuchad vuestra historia
parece ser que no tenéis memoria.
Dolor y podredumbre
encontrais en la muchedumbre.
¿Pánico al dolor?
decid adiós al color.
Muerte dorada salvadora
de la tierra vengadora.
El hombre es la verdadera enfermedad
que tiene la tierra en realidad.
¡¡Corred!! ¡¡Salvaos!!
¡¡Huid!! ¡¡Suicidaos!!
Haced un favor a vuestra Madre Tierra,
hacedle un favor a la humanidad y alejaos de ella.

domingo, 23 de febrero de 2014

Fragmentos universales de un pasado de dolor

“Recuerde el alma dormida, avive el seso e despierte contemplando cómo se passa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuán presto se va el plazer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor.” Jorge Manrique, Coplas a la Muerte de su Padre.

Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias. Regresará del llanto adonde fue llevada con su desierta mesa, con su ruinosa cama.” Miguel Hernández, Canción Última.

¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”. Pedro Calderón de la barca. La vida es sueño

"Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido" Pablo Neruda. Poema 20.

“Viajando sin rumbo a un lugar dejado de la mano de Dios.
Vagando a un mundo que tan solo tiene dolor.
Viendo que esta vida no tuvo nunca color.
Es hora de que la alegría y yo nos digamos adiós.
No vivo ya si no es con un por favor.
Solo muero por dentro, sufrimiento enredador.
Vivo para vivir sin sentir ni miedo ni pavor.
Estos son fragmentos universales de un pasado de dolor”
Felipe Mateos Moreno. 23 de Febrero de 2014.23 de Febrero de 2014.


sábado, 8 de febrero de 2014

Escritura en Fado Portugués.

Una guitarra muda con notas de silencio. Una mujer vacía como las palabras jamás dichas. Un gato que cruza de un lado a otro de la calle. Un árbol cobijo del calor del sol de verano que acompaña a las casas bajas y amarillas del pueblo.
Un pájaro piando con un lamento lánguido y doloroso, cantando a un algo que se fue pero que queda, a un algo que no fue pero está, a algo etéreo pero palpable en aquellas calles de pueblo, en aquellas casas viejas y desgastadas como los huesos de sus ancianos habitantes y la mente de sus desvencijados vanos que tanto han visto y vivido.
Va calle abajo, allá donde queda la plaza del mercado. La gente no está, no  sabe si es por el calor o es que ese pueblo está yermo como las tierras que le rodean típicas de la zona árida de Portugal. Calle arriba nada. Calle abajo nada. Vista arriba, cielo. Vista abajo, la sombra de las casas y los árboles. A la derecha un sonido de una chicharra típica de esta época del año. A la izquierda el sabor a sol, cielo y sed.

Todo el pueblo vacío. No hay nadie. Nadie, sólo está ella, pero no sirve de nada que esté ella si no hay nadie que lo certifique. ¿Está ella de verdad? ¿Está aquel pueblo yermo? ¿Está vacío aquel pueblo de fado?

miércoles, 22 de enero de 2014

El Mar y los Pecados Capitales

Muy buenas a todos de nuevo, sé que llevo bastante tiempo sin escribir pero dicen que la inspiración viene en los malos momentos, supongo que si eso es cierto está bien eso de escribir poco. 
Muy pocos lo sabéis pero en Octubre conseguí una beca de la ECH (Escuela Contemporánea de Humanidades) junto con la Fundación Telefónica para un curso de escritura en el que tenemos clases variadas desde relato breve hasta música. Soy uno de esos 25 afortunados que consiguió la beca, y, obviamente, la estoy disfrutando.
Esta entrada es un ejercicio que nos mandó cierto profesor... curioso, dejémoslo ahí. Tenía que elegir un pecado capital y hacer que el mar lo represente. He decidido que a partir de hoy, como ando falto de inspiración literaria como en momentos anteriores de mi vida, voy a ir publicando todos y cada uno de los ejercicios que me manden, espero que, sinceramente, os gusten. Aquí va el primero:

El mar estaba en calma, estaba tranquilo, grande e inmenso, inabarcable. El sol despuntaba por el horizonte, parecía que el sol surgiese del mar, parecía que el gran astro dependiese de la inmensa masa azul que cubre nuestro planeta. El sol, fuente de vida y luz, de calor y vida dependiendo de algo, podríamos decir que de alguien.
Ese alguien, el mar, permitía que solo algunos lo cruzasen, solamente los dignos de hacerlo. El mar horadaba las rocas, testigos inamovibles de la historia de aquel gigante. Bueno, inamovibles para cualquiera menos para él, las deshacía y convertía en arena, las rompía si quería, solo podía hacerlo él de esa manera tan sencilla.
El mar arrastraba las cosas, las movía a su antojo, era imposible luchar contra su voluntad, y, obviamente él lo sabía, él sabía que era insuperable y perfecto. El cielo era azul por su reflejo, la vida existía porque surgió dentro de él, toda gota de agua que no estuviese dentro de él acabaría tarde o temprano conformando un todo invencible. Era capaz de inundar ciudades, de apagar fuegos y de arrasar y volver yerma la tierra virgen, de hundir barcos, matar personas sin apenas esfuerzo. Él dio la vida a todo ser, pero podría quitársela si quería, desde el hombre que se ahoga hasta el pez que es arrastrado por una corriente submarina.
Y, obviamente, lo sabía. Y se sentía invencible, invencible e inigualable por nada ni nadie. Él sabía que tenía el poder de hacer cualquier cosa. Lo sabía y lo utilizaba. Y así ha sido, es y será porque él lo quiere así, porque puede hacerlo y lo hace.