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lunes, 25 de marzo de 2013

Estrellas que se marcharon sin avisar.

Añoro ver las estrellas, sentir la paz de la noche, el frescor que desprende la naturaleza a esas horas. Y sí, es cierto, no volveré a vivir la misma sensación nunca más.
Pero he aprendido a disfrutar del simple hecho de ver la imensidad del cielo nocturno, de disfrutar de la compañia, de oir a los grillos, a los buhos...
He aprendido a ser feliz sintiendome como un niño, recordandome a mis cinco o seis añitos, deseando salir al campo para ver las estrellas, de intentar contarlas, de encontrar los dibujos más extraños posibles.
No volveré a ver las estrellas, pero no por eso dejaré que la tristeza me invada y las lágrimas no me dejen ver la luna. La luna es preciosa, ¿puedo disfrutarla?, pues debo hacerlo. ¿No crees?

viernes, 1 de marzo de 2013

Soledad en el Marina.

Viajaba a bordo del Marina, un barco español, de esos tradicionales de principios del siglo XX. Estaba amaneciendo, las tinieblas que todo lo cubren por la noche desaparecían. Había una neblina que lo cubría todo.
Pero si bien el sol despuntaba en el horizonte, la luz no ilumaba su corazón. Estaba demasiado solo para ser feliz.
Solo le calmaba esa dulce zozobra del barco, ese olor a mar, a sal, a agua... El sonido de las olas golpeando la quilla del barco. Las gaviotas sobrebolando su cabeza. Y curiosamente lo que más le ayudaba a sobrellevar su soledad, era la tranquilidad que esta conlleva.
Se había embarcado porque se había percatado de que en realidad apenas tenía a nadie con quien compartir un pedazo de pan en tierra. La mayoría le habian abandonado al saber de su necesidad.
Todos le tenían aprecio hasta el día que necesito ayuda. Tan solo unos pocos le socorrieron.
Tras esto decidió embarcarse en un viaje sin objetivo alguno mas que aprovechar la única compañía que tendrá para siempre: él mismo.
Cuando se enteró de que solo le querían a las buenas se llevo la mayor decepción de su vida, lo que le llevo a tomar un barco y marchar lejos, muy lejos, para ver las cosas desde otra perspectiva.
Quizás lo consiga, quizás no, pero tomó esa decisión y la mantendrá hasta que crea necesario.