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domingo, 23 de junio de 2013

Una bota de cristal.

Curioso, las mujeres buscan un príncipe azul. Muchas confunden un pitufo con un príncipe. Otras ven azul donde no lo hay. Y un tercer grupo coge y ahoga al susodicho hasta volverlo azul.
Luego hay las que lo ven y no lo reconocen, las que lo tienen y no lo valoran, las que ven fantasmas azules donde no los hay y las que creen que el azul es el color de cualquier hombre.
Los hombres tienen fama de no buscar princesas y conformarse con las hermanastras de Cenicienta. Pero hay hombres que tienen un zapatito de cristal que busca su dueña, su princesa. Por probar los llaman inmaduros, insensibles y los aborrecen. ¿No se dan cuenta que hasta el hombre "más duro" tiene sentimientos? ¿Creen de verdad que un hombre lo hace con ánimo de molestar? No, ya digo yo que no. ¿O acaso el príncipe fue directamente a Cenicienta con el zapato? No, el príncipe hizo el llamado ensayo-error, como todos.
Cierto es que en todos lados hay brujas, titiriteros, piratas y demás maleantes. Pero hasta ellos tienen un zapato o bota que busca un pie donde encajar. Y ellas buscan alguien que las quiera a pesar de su verruga en la nariz. Todo el mundo busca, algunos encuentran, otros desisten. Dichoso quien lo encuentre, desdichado quien desista.
No dejeis de buscar la dueña de vuestra bota o zapato de cristal, no desistais en encontrar un verdadero príncipe o pirata azul. O en su defecto un pitufo. No desistais jamás. Aparecerá.

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