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sábado, 13 de julio de 2013

El Lobo y La Luna 2

Sintiendo la llamada de la libertad una noche más inició su carrera por el bosque, gozando del aire fresco y de la quietud y el silencio rotos solo por los aullidos de sus semejantes.
Corría a su encuentro. Sentía en su interior el instinto de matar, el instinto de la sangre. De repente se detuvo, con las orejas levantadas mientras sus ojos rojos como rubíes escrutaban la más inescrutable e inperturbable de las oscuridades. Decidió guiarse por su olfato y caminó con sumo cuidado en un silencio siniestro.
Así estuvo varios minutos, hasta que llegó a un claro con un estanque. Allí, curiosamente estaba la luna. La luna, la que podríamos considerar su guía, su compañera. Estaba en creciente, como una sonrisa macabra de un Joker que ha atrapado a su Batman, como si fuese un presagio tenebroso y macabro.
Se deleitó un momento con su imagen en el agua, estaba tan cerca... pero a la vez tan lejos...
Quería tocar la luna. Esa esfera límpida y pura de color blanco, a veces sonriente, que siempre, cada noche, desde que era cachorro, le había acompañado en su matanza por la supervivencia. La única que conocía todas y cada una de sus acciones, su confidente, la luna.

2 comentarios:

  1. ¿Y qué será del lobo cuando acabe la noche?

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    1. ¿El lobo? Oh querid@ amig@ y lector, veo que vas un paso por delante de mis musas, ten paciencia, todo se sabrá.

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