Vistas de página en total

martes, 22 de marzo de 2016

Un mes en cuenta atrás.

"Si vuelves a recogerte el pelo
con tanta alevosía frente a mis ojos
voy a cometer un disparate
y van a llorar de envidia todos los poetas".
Diego Ojeda.

Hace un mes ya que me dejaste
para irte con él.
Y todavía leo nuestro poema
de Diego Ojeda
y se me parte el alma despacito.

Hace un mes que duermo solo los fines de semana
y 29 días que me he dado al onanismo.
Hace 28 que me apago a borbotones,
27 que no uso Cercanías,
26 que me muero por Atocha.

Hace 25 noches que sueño contigo,
24 chicas que miro y no son tú,
23 películas sin nuestras palomitas
y 22 las veces que cogí nuestro autobús.

Hace 21 compras en Mercadona que me aburro,
20 días sin ser capaz de pisar Callao por nuestra primera cita.
Hoy hace 19 almohadas empapadas por tu culpa
y 18 poesías inacabadas sobre ti.

Hace 17 vídeos porno que espero a ver si se casan,
16 parejas que me recuerdan a nosotros
y 15 días que no me entiende ni Sabina.

Hace 14 desayunos que no tomo pan de leche,
13 apagones que paso a solas
y 12 docenas de huevos que se me han roto.

Hace 11 atentados en mi alma que no mueren recuerdos,
10 borracheras que no lloro,
nueve nuevas formas de añorarte
y ocho tatuajes que no son los tuyos.

Hace siete días que hizo tres semanas,
seis días que haríamos tres meses,
y cinco días que fue fin de semana sin ir a verte.

Hace cuatro días que te vuelvo a echar de menos,
tres noches que me mato a pajas sin tus fotos,
dos pájaros que me mataste de un solo tiro
y una relación que fue bonita
pero que me ha dejado derruido.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Madrid con tu ausencia.

"Quien supiera escribirle a Madrid
como llora Sabina."
Antílopez.


Madrid se ve más apagada
ahora que no vienes de visita.

Le falta tu falda,
ponerse bonita para salir en tus fotos,
y que nos miren con envidia en el metro.

A Madrid le faltan tus andares,
que me robes versos en Gran Vía,
saltarnos desde el Círculo de Bellas Artes.

Está descafeinada sin tus muecas,
sin que llamemos la atención en Sol,
sin que nos encuentren tras sus esquinas,
sin los buses rotos y los trenes perdidos.

Le faltan tus secuestros,
mi Síndrome de Estocolmo,
nuestros besos
y que vengas a verme a algún monólogo.

Porque Madrid no ríe igual sin ti,
y las nubes se mueven con pereza
como si supieran que no despertarás conmigo.

A Madrid le faltan bares con tu gracia,
marcas de pintalabios en el cuello,
pitillos en tu ventana,
y ocho millones de planes a medias.

Madrid quiere volver a ver tus piernas,
tu pelo entre la gente de Callao,
tus prisas por Alcalá
y nuestras despedidas en Atocha.

A Madrid se le han apagado neones con tu nombre,
se le han inundado alcantarillas y portales,
se le han perdido dos monedas en tu falta
y está empezando a olvidarte.

Madrid ha atascado la línea 1
y ha cerrado de golpe el Retiro
cuando le he dicho que no volverás.
Que hace tiempo que te has ido.

miércoles, 9 de marzo de 2016

En proceso de rehabilitación.

Tú llegaste, tormenta de huracanes,
y me desarropaste el alma
bailándome como sólo tú sabías.
Llegaste igual que te fuiste,
dejando en mi una sensación de resaca
con sabor a tus labios y a tus bragas frías.
Caíste sobre mí
como una manzana sobre Newton,
golpeándome en el centro de la cabeza
y cambiando mi centro de gravedad.
Te deslizaste entre los pliegues de mi voz
y me la añicaste despacito,
con la ternura de una eutanasia a fuego lento.
Derrumbaste mis fronteras y mis limites,
acordonaste la zona de mis dudas
y me hundistes en tu cama.
Me volaste la tapa de los sesos
con cada una de tus palabras,
y te comiste con ternura mi cerebro
sin guarnición ni nada.
Yo te ofrecí patatas fritas,
arroz y hasta judías pintas,
pero declinaste mis ofertas
porque "engordaban"
sin pararte a pensar
que quien engordaba era yo.
Y engordé tanto
que me subió el colesterol
y poco a poco, sin darme cuenta,
me obstruiste el corazón.
Un corazón que ahora naufraga
como si de una patera se tratase,
merced a tus olas ya lejanas
y a mis arrecifes acechantes.
Te colaste en mi nariz como una droga
y pasé de esnifarte a inyectarme tu falta.
Ahora estoy en proceso de rehabilitación,
aunque todavía no me ha servido de nada.