Como ya habréis visto, el blog ha llegado a 15.000 visitas, ¡¡¡en menos de tres años!!! Y eso es gracias a vosotros, a todos vosotros que me leéis, que me seguís, ya sea por Twitter (@felipemateos), por Facebook (Felipe Mateos Moreno), por Instagram (@felipemateos134) o como seguidores del propio blog.
Y he querido agradecéroslo con un regalo: he recitado uno de mis últimos poemas inéditos y aquí os traigo el vídeo. Muchísimas gracias, vosotros me hacéis grande, ahora a por otras 15.000.¡Y que viva la literatura!
https://www.youtube.com/watch?v=_IGm8tyhHnQ&feature=youtu.be
La vida se ríe a nuestra costa.
La vida es una
pequeña hija de puta del tamaño de un big bang.
La vida es eso
que te guiña el ojo
de la chica
que conociste en el
concierto.
Es eso que te arranca
carcajadas
de debajo de tus pies
para enterrarlas en
otros oídos.
Es aquella maldita
que te derrumba los
naipes
en un ataque de
alergia y tos.
Es la maravilla
que hay tras los
orgasmos.
La putada de perder
el bus,
o de perderse a uno
mismo.
Es un gol en el
descuento,
un adelantamiento por
la izquierda,
una farola en mitad
de la calle.
Y es, a veces, una
mierda.
La vida es un
quebradero de cabezas
sin grapas que cosan
el raspón,
más allá de esa
tirita
que llamamos
experiencia.
La vida es un neón
a punto de fundir
que se niega a dejar
de anunciar la cartelera.
Es las noches con
amigos,
de borrachera.
Y también es la
mañana de domingo
viendo vacía la
cartera.
Es una cachonda
mental
de tres pares de
cojones.
Es un beso en el
portal,
un paseo por los
sábados,
y es un paraguas roto
en pleno diluvio
universal.
Es un constante
acierto
cosido a base de
errores
a tu espalda.
Es un "sube a mi
casa a tomar café"
a las tres de la
mañana
aún sin tener cafetera.
Y también es un
portazo
con el corazón entre
las bisagras de la puerta.
Es hundirse con
chaleco salvavidas
y volar sin aviones
ni alas.
Es ver Titanic con tu
chica
y que ella grite
cuando marca el Madrid.
Y también es
discutir.
Con tus amigos,
con tu pareja,
con tu perro,
con tus padres.
Amenazar con irte de
casa
y darte cuenta que
sin ellos
no serías ni la mitad
de lo que eres.
Es perder al parchís
con tu abuela
y robarle una
croqueta recién hecha.
Y quemarte la boca
por no soplar.
Es correr entre tus
propios escombros
saltando entre
cachitos de recuerdos.
Es derrapar en seco
en un desierto
y hacer chistes
estúpidos.
Es aprobar todas.
Y también que te
echen de clase.
Y dormir poco de
noche.
Y mucho de día.
Y follar. Y comer. Y
beber.
Y llorar. Y reír. Y
crecer.
Y pegarse la hostia
del siglo.
Es eso y muchas otras
cosas.
Pero, en resumen,
la vida es una
cachonda hija de puta
que se lo pasa bien a
nuestra costa.
Y nosotros a la suya.