Vistas de página en total

lunes, 25 de julio de 2016

Creo...

Creo...
Creo que ella me ha olvidado.
No porque beba mucho
y a deshoras
(que también),
sino porque no la noto al otro lado de mi mente,
al final del precipicio,
en el subsuelo de la luna.

Creo que me ha olvidado.
Es lo más obvio.
Nunca tuvo buena memoria.

Lo creo porque yo casi lo he logrado.
Casi.
Casi ni la pienso,
casi ni la quiero,
casi ni la echo de menos.

Casi.

Ya no busco su nombre en guías telefónicas
que no hacen más
que mirarme desde el otro lado del cristal.
Ya no oteo su falda
entre las que echan raíces
en piernas ajenas,
aunque ella siempre fue más de vaqueros.
Ya no la comparo
con otras chicas,
todas tienen menos tetas.

¡Hasta he logrado hacerme pajas
pensando en otras!

Creo...
Creo que ella me ha olvidado.
Porque no le pondrá
mi nombre a ningún perro,
ni volverá a hacer macarrones
al ritmo que marquen mis manos en su cuerpo,
ni siquiera volverá a probar
un chupito de ron miel.

Sé que ella me ha olvidado.
Lo sé.

Pero también sé
que tarde o temprano
acabaré olvidándola
yo también.

martes, 5 de julio de 2016

¿Te... Te imaginas?

Imagina,
por un momento,
que me acerco a saludarte
y te robo de tus amigas
que no paran de cuchichear.

Imagina que te invito a una copa
y hablamos de cosas absurdas
mientras no paran de mirarnos
hasta las botellas de licor
de la estantería.

Imagina que después te digo algo bonito
y nos besamos
mientras el futuro aplaude
por tomar una decisión
tan inteligente.

Imagina que salimos a que nos dé el aire
y acaban dándonos las cinco de la mañana.
Imagina que te invito a un café en mi casa.

Imagina todo lo que seguirá al café
que nunca nos tomamos.

Imagina que amanece y no te vas,
y que cuando por fin lo haces
yo te escribo.
Imagina que respondes mis mensajes
y hablamos un par de días
como dos estúpidos críos.

Imagina que quedamos otra vez
y damos un paseo por el centro
ocultándonos de farolas indiscretas
que andan celosas de nuestros besos.

Imagina que volvemos a vernos
y reímos tanto
que se nos caduca
hasta el reloj.

Imagina, por un momento,
que todo eso sigue su curso.

Imagina que todo nos va bien
y pasa el tiempo.

¿Te... Te imaginas?