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sábado, 8 de junio de 2013

La felicidad: el caballo y el silbato.

Os presento a dos niños de aproximadamente 8 años. Van a la misma clase, pero solo tienen eso en común. Carlos tiene una gran casa, con un gran jardín, va a música, teatro, equitación, esgrima... después de clase. Por el contrario los padres de Nano tienen problemas para llegar a fin de mes, su casa no tiene agua caliente, vive con sus abuelos, padres y hermanos en apenas 45 metros cuadrados.
Como he dicho antes, van juntos a clase, desde que eran pequeñitos, y todos, todos los años, antes de Navidad, Carlos se mete con Nano porque Papa Noel no le traerá ni la X-Box, ni la Play... se tendrá que conformar con un dulce de leche (que a Nano tanto le gustan, por cierto), mientras que él, Carlos, come esos dulces todos los días.
En Diciembre del año pasado también ocurrió lo mismo, un año más, Carlos había pedido un caballo, mientras que Nano había pedido un dulce de leche como hacía todos los años. Nano aguantó las burlas de Carlos durante días y días, pero no les dió apenas importancia.
Llegó la mañana del 25 y Carlos recibió su caballo mientras que Nano obtuvo un dulce de leche y ¡¡sorpresa, un silbato!!
Nano salió corriendo a la calle, gritando y riendo, ¡¡tenía un silbato!! ¡¡Podía imaginar que era un policía que regulaba el tráfico y perseguía ladrones malos!!
A todo esto Carlos vió a Nano reir y gritar de alegría por la calle y cogió y le espetó a su padre que él quería un silbato y no un caballo, que qué asco de regalo y se subió enfadado a su habitación mientras Nano, en la calle, disfrutaba como nadie de su regalo. Fueron unas navidades geniales para Nano.

De esta historia quiero deducir un par de cosas, primera, no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita. Y segunda, la felicidad no está en el valor material de las cosas, sino en el valor emocional que les queramos dar. Así os digo que teneis la felicidad a vuestro alcance, solo estirad la mano y confiad.

1 comentario:

  1. Siempre he pensado que la felicidad NO es una meta, sino un estilo de vida....Y a nosotros Felipe...estilo nos sobra, jajajajajaja

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