Vistas de página en total

lunes, 25 de mayo de 2015

¿Puesta de sol?

El viento me ha arrancado el sombrero y la dignidad. Pero no me importa porque allí el horizonte me mira tranquilo y sereno mientras el sol empieza a ocultarse tras los muros de algodón que naufragan como pateras. Son propiedad de un poeta que viaja, sufre, naufraga y vuelve a nacer. Y escarba hasta sangrar. Y escribe con esa sangre, con lo que queda de sus uñas que, mezcladas con tierra, saben a hierro y mentiras. La sangre que nace de su corazón, muere en sus dedos.
Tengo las nubes que son botes salvavidas de mi naufragio personal. Pero sobretodo, tengo una pluma sin tinta y un ojo de cristal gracias al cual veo cómo el sol intenta mantenerse a flote sobre el horizonte y cómo agoniza y lucha por aguantar un poco más. Pero no me importa nada de eso, ahora soy feliz.
Feliz porque las estrellas que desvisto son gotas de los besos que un día le robé a la dama blanca. Porque cada verso que escribo es una eyaculación sobre la luna que la vuelve más blanca y bella. Y soy poeta. Y sangro. Y soy feliz.
Mientras tanto el agua suena y retumba en mis oídos. Como los olores retumban en mi nariz. Y me recuerdan que fuimos y somos efímeros, como cada una de las gotas que nacen de un chorro de agua para morir en la inmensidad de la fuente. Que no somos un río. Que no tenemos afluente. Que no tenemos más que un par de gotas de lágrima, un alma de poeta y un destino: acabar en el mar, naufragando entre ojos sin tinta y plumas de cristal.

1 comentario:

  1. Me gusta. Le estás dando un aire más vitalista, sin perder sensibilidad. ... ok. FELICIDADES.

    CD o. El tío José

    ResponderEliminar