Gritaba y el eco se burlaba de él. Se esforzaba en gritar más pero sólo obtenía una mofa difusa. Sus esfuerzos eran en vano.
Intentaba oír los pájaros, pero a su paso los pájaros callaban. Agudizaba el oído al máximo pero no era capaz de escucharlos.
Buscaba piedras y estas se hacían ramas. Buscaba ramas pero se convertían en desechos. De hecho, si alguna vez buscase un desecho, probablemente encontraría sólo piedras.
Todo le rehuía, todo se ocultaba de él, incluso los días de luna llena pasaban a tener luna nueva.
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sábado, 17 de mayo de 2014
Burlas de la naturaleza
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