lunes, 25 de marzo de 2013

Estrellas que se marcharon sin avisar.

Añoro ver las estrellas, sentir la paz de la noche, el frescor que desprende la naturaleza a esas horas. Y sí, es cierto, no volveré a vivir la misma sensación nunca más.
Pero he aprendido a disfrutar del simple hecho de ver la imensidad del cielo nocturno, de disfrutar de la compañia, de oir a los grillos, a los buhos...
He aprendido a ser feliz sintiendome como un niño, recordandome a mis cinco o seis añitos, deseando salir al campo para ver las estrellas, de intentar contarlas, de encontrar los dibujos más extraños posibles.
No volveré a ver las estrellas, pero no por eso dejaré que la tristeza me invada y las lágrimas no me dejen ver la luna. La luna es preciosa, ¿puedo disfrutarla?, pues debo hacerlo. ¿No crees?

2 comentarios:

  1. Sí, es preciosa la luna de abril, y la de mayo...
    Me encanta lo que transmites cuando escribes.
    Anduriña S.

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    1. Gracias, Anduriña S. Un placer transmitir a gente como tu.

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